jueves, 10 de julio de 2014

El Gobierno aparca la Ley de seguridad nacional

Descartado el primer objetivo del Consejo de Seguridad Nacional, que hoy preside el rey Felipe VI

Carlos Penedo. Artículo publicado originalmente en Estrella Digital.
Carpetazo. El Gobierno renuncia a sacar adelante una Ley Orgánica de la Seguridad Nacional, tal y como se comprometió hace apenas un año. Nada oirá sobre el asunto el rey Felipe VI cuando hoy presida por primera vez en el palacio de la Zarzuela el Consejo de Seguridad Nacional, en cuyo nacimiento se puso esa Ley como primer y gran objetivo. Las rencillas entre ministerios y el bajo perfil político del Departamento de Seguridad de Moncloa han parado el proceso apenas iniciado. El próximo día 15 el Congreso tendrá ocasión de debatir sobre el asunto, oportunidad única desde que se aprobó la Estrategia de Seguridad Nacional.
“En el plazo de seis meses desde su constitución” –que se produjo en julio de 2013-, “el Consejo de Seguridad Nacional elaborará una propuesta de anteproyecto de Ley Orgánica de Seguridad Nacional para su posterior elevación al Consejo de Ministros”, se puso por escrito en la Estrategia de Seguridad Nacional, aprobada el 31 de mayo de 2013. Ni en seis meses ni en un año.
“No es ahora lo más prioritario”, dicen desde Moncloa fuentes relacionadas con el tema que piden no ser identificadas. “Quizá a lo largo de la legislatura”, añaden, posibilidad del todo improbable teniendo en cuenta que una ley de este tipo, por su carácter de orgánica, requiere de un largo trámite de negociación del Gobierno con los grupos parlamentarios y de un apoyo final de la mayoría absoluta de la Cámara. Pasado ya el ecuador de la legislatura, portavoces de Defensa del Congreso confirman a Estrella Digital que no han visto un papel sobre el tema.
Imagen de la primera reunión del Consejo de Seguridad
Nacional el 11 de julio de 2013.
Con carácter previo, esta Ley hubiera requerido sobre todo el acuerdo dentro del propio Gobierno entre los distintos departamentos. La parálisis actual revela que Moncloa no ha logrado imponerse a los ministerios directamente afectados, principalmente Defensa, Interior y Exteriores, cada uno celoso de sus competencias y especialmente el primero, escéptico a que Presidencia dirija un ámbito que considera propio.
La Ley hubiera sido hija legítima de la Estrategia, y ambas una base fundamental para establecer una visión integral de la seguridad, más amplia y actualizada que la tradicional y rígida distinción entre seguridad interior y exterior, o afrontar riesgos y amenazas exclusivamente desde el punto de vista militar. La OTAN y la Unión Europea cuentan con un concepto estratégico que supera por elevación esos compartimentos estancos, aunque cada uno de ellos requiera luego un tratamiento específico pero coherente con un enfoque de conjunto.
Una Ley de Seguridad Nacional hubiera obligado también a modificar contenidos y competencias recogidos, por ejemplo, en la Ley Orgánica de la Defensa Nacional de 2005.

Un año de Consejo, seis reuniones, dos estrategias

El Consejo de Seguridad Nacional es una comisión delegada del Gobierno para asuntos relacionados con la seguridad que preside habitualmente el presidente excepto cuando el rey asiste a sus reuniones. La de hoy será la sexta convocatoria desde su constitución.
El proceso que nace con la aprobación de la Estrategia y la creación del Consejo Nacional de Seguridad hace ahora 12 meses sí ha tenido algunos progresos: en diciembre se aprobaron la Estrategia de Ciberseguridad y la Estrategia de Seguridad Marítima, ambas completadas luego con un Consejo sectorial.
También se ha avanzado con la creación de un denominado Comité de Situación, el órgano de más ágil y rápida convocatoria para dirigir y coordinar las actuaciones de gestión en situaciones de crisis, convocatoria que aún no se ha producido.
El Sistema de Seguridad Nacional puesto en marcha por el Gobierno del Partido Popular a partir de 2012  responde a un concepto presidencialista similar al existente en países como Estados Unidos, Reino Unido o Francia. La particularidad en el caso español es que Rajoy no ejerce, al menos públicamente, “la dirección y liderazgo del presidente del Gobierno” que la Estrategia le adjudica en temas de seguridad.
El encargado de presentar ante el Parlamento en julio de 2013 la Estrategia de Seguridad Nacional no fue el presidente, sino su director de Gabinete, Jorge Moragas, que hizo un canto a la futura ley, al consenso y a las políticas de Estado. En aquel momento hace ahora un año declaró en sede parlamentaria que “nos hemos planteado ese compromiso ambicioso de poner en marcha y presentar al Gobierno un anteproyecto de ley orgánica de seguridad nacional en un periodo de seis meses y lo que puedo garantizarle, en la medida en que esa será también mi responsabilidad, es favorecer el diálogo, el contacto, el contraste de opiniones, de forma discreta con las distintas fuerzas políticas para que esa ley orgánica tenga el mayor respaldo posible y creo que eso difícilmente puede tener un sesgo ideológico”.
También será el mismo Moragas el elegido el próximo día 15 de julio para presentar en la Comisión Constitucional del Congreso el primer informe anual de seguridad nacional. Ese balance de situación y logros alcanzados fue aprobado en el mes de abril en la anterior reunión del Consejo y, tres meses más tarde, se ha querido presentarlo al rey Felipe VI en la reunión de hoy antes de llevarlo al Parlamento y hacerlo público.
Altos cargos del actual y anteriores Gobiernos vinculados a la seguridad critican en privado que no sea Rajoy quien pilote la Estrategia e impulse el debate público y parlamentario sobre seguridad y defensa, una oportunidad perdida para hacer pedagogía. Su presencia –afirman- trasladaría claramente a los ciudadanos la importancia que concede el Gobierno a la seguridad en sus discursos.


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